«Empezar siempre es difícil». Es un tópico, pero es cierto. También, y sobre todo, a la hora de invertir. Cualquiera que haya decidido invertir se enfrenta a una serie de preguntas: ¿qué valores compro?, ¿cómo los elijo?, ¿cómo limito el riesgo? o ¿cómo distribuyo adecuadamente mi capital entre los distintos valores? Los ETFs a nivel mundial pueden ofrecer una respuesta a estas preguntas.
Un ETF que invierte a nivel global es un fondo indexado cotizado en bolsa con el que se puede invertir en un amplio mercado, a nivel mundial. ¿Qué significa «amplio mercado»? Significa que el fondo no cubre un solo sector como el tecnológico, o se centra en una temática específica como las energías renovables, sino que (al menos en gran medida) abarca toda la gama de empresas cotizadas en bolsa.
Los ETFs y, por tanto, también los ETFs para invertir a nivel global, se basan en un índice, un barómetro bursátil que replica la rentabilidad de todo un conjunto de acciones. Por ejemplo, el FTSE All-World Index replica la rentabilidad de las acciones de más de 4000 grandes empresas de 49 países. No se puede invertir directamente en un índice, pero sí en un ETF que siga este índice. Al invertir dinero en un ETF sobre el FTSE All-World, se invierte prácticamente en el mercado bursátil a nivel global.
Como en la mayoría de los índices, las distintas acciones del FTSE All-World tienen diferentes ponderaciones. El índice está ponderado por la capitalización bursátil, es decir, el valor en bolsa de las distintas empresas. La empresa de más valor tiene la mayor ponderación en el índice. Por lo tanto, las variaciones de su cotización son lo que más influye en la rentabilidad del índice en conjunto. Con esta composición, un ETF con el que se puede invertir a nivel global de este tipo refleja, por una parte, la amplitud del mercado y, por otra, la relación de fuerzas en los mercados bursátiles.
Una de las principales ventajas de poder invertir a nivel global con ETFs es la diversificación, es decir, una amplia distribución del capital invertido, teniendo siempre en cuenta los riesgos asociados. A quien le interesa una sola acción, se expone plenamente al riesgo de una sola empresa de una determinada región y de un determinado sector. En cambio, los ETFs de un índice diversificado como el FTSE All-World abarca todos los sectores, desde tecnologías de la información hasta bienes de consumo cíclico, además de servicios públicos, y empresas situadas en diferentes mercados, desde países desarrollados como EE. UU. o Alemania hasta mercados emergentes como Brasil o China.
La principal ventaja de esta amplia diversificación es que podría reducir el riesgo de la inversión, teniendo en cuenta siempre los riesgos que conlleva. Una empresa determinada puede perder valor porque está mal gestionada o porque sus competidores disponen de una tecnología superior. A veces también puede haber sectores muy afectados negativamente, como por ejemplo, el sector turístico en pandemia. En cambio, con una inversión ampliamente diversificada entre sectores y regiones, como un ETF con el que se puede invertir a nivel global, las pérdidas de algunas acciones individuales o de un gran número de acciones suelen verse compensadas, al menos en parte, por las subidas de precios de otras. Esto contribuye a limitar las fluctuaciones de valor del índice y del ETF.
La diversificación tiene también otras características: por un lado, hace que invertir sea sencillo y rápido, incluso para quienes dan sus primeros pasos en bolsa. No hace falta valorar acciones individuales o buscar el mejor momento para entrar en el mercado. Un ETF sobre un índice como el FTSE All-World permite diversificar la cartera con una única compra o la apertura de un plan de inversión (también conocido como «plan de ahorro»). Esto puede hacerse a un coste competitivo. Alguien que, por ejemplo, solo disponga de unos 100 € al mes para invertir en sus primeros años en el mundo laboral, no tendría otro modo de invertirlos fácilmente con una diversificación tan amplia y de forma sencilla. En resumen: seleccionar ETFs que invierten a nivel global podría permitir obtener la misma rentabilidad que el mercado en general (descontando las comisiones del producto): no se ganará más, pero tampoco menos.
Asimismo, elegir un ETF de Invesco para invertir a nivel global puede suponer invertir a un menor coste. Mientras que los fondos de renta variable gestionados activamente que invierten a escala mundial pueden suponer unas comisiones anuales del 1,5 % o más del importe invertido, más comisiones de rentabilidad en algunos casos, los gastos corrientes de los ETFs de renta variable suelen ser del 0,3 % anual aproximadamente.
Gracias a la diversificación, sencillez y coste competitivo, el ETF de Invesco para invertir a nivel global es un componente de base de una cartera, adecuado para muchas personas. Ya sea a partir de una inversión puntual, un plan de inversión o una combinación de ambos, se puede constituir una sólida base, incluso con aportaciones pequeñas. Invertir en estos ETFs no debe considerarse contradictorio respecto a la inversión en acciones individuales, al contrario, quien obtenga una amplia diversificación con un ETF de este tipo puede, si dispone de suficiente liquidez, añadir más ETFs especializados en determinadas industrias o sectores, e incluso acciones individuales a su cartera para orientarla gradualmente en función de sus propias preferencias.
Para obtener información completa sobre los riesgos, consulta la documentación legal. El valor de las inversiones y el de cualquier renta fluctuará (en parte como consecuencia de las fluctuaciones de los tipos de cambio), y es posible que la persona que invirtió no recupere la totalidad del importe invertido.
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