¿Cuáles son las ventajas de invertir en ETFs? ¿Cómo funcionan a la hora de invertir y qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir un ETF?
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El nombre de ETF viene de las siglas en inglés exchange-traded index fund, es decir, fondo cotizado en bolsa. Como su nombre bien indica, los ETFs combinan tres conceptos en un solo producto: fondo, índice y cotización en bolsa; pero ¿qué implica esto exactamente?
Empecemos repasando qué es un fondo. Estos son productos financieros estrictamente regulados que reúnen el dinero de las personas que invierten y lo invierten a su vez en los mercados de capitales según el objetivo de inversión previamente definido, es decir, que permite participar en toda una variedad de valores con una única inversión. Una de las ventajas de este tipo de productos y su mecanismo es que el dinero invertido se reparte entre varios valores, lo que reduce el riesgo de pérdida total. Este proceso se conoce como diversificación y se basa en la idea de que las subidas y bajadas de los precios de los valores pueden compensarse entre sí. Esto se refleja en que el valor de los fondos suele fluctuar menos que el de los valores individuales.
Un fondo indexado tiene como objetivo replicar lo más fielmente posible un índice basado en ciertos criterios, como los índices bursátiles del S&P 500, IBEX35 o MSCI World. Un índice representa un conjunto de diferentes valores, por lo que si el precio de un valor incluido en un índice sube, el valor del índice también subirá, y lo mismo ocurrirá en el caso de que el precio baje. Puedes leer más al respecto en el artículo Qué son y cómo funcionan los índices).
A diferencia de los fondos que se gestionan activamente, en lo que refiere a los ETFs los particulares no toman decisiones de inversión, sino que la composición del índice determina en qué valores invierte el ETF y su ponderación. Dado que no hay que pagar a una persona para que gestione el análisis de los valores individuales, los gastos corrientes de los fondos indexados suelen ser significativamente inferiores a los de los fondos activos, lo cual tiene una repercusión positiva en los resultados.
En resumen, los ETFs son fondos indexados (o índices) que pueden comprarse y venderse en bolsa, y una de las ventajas de que esto sea así es que los precios se actualizan continuamente durante las horas de negociación, lo que permite seguir sus movimientos de forma transparente. Por el contrario, los fondos gestionados activamente que no se negocian en bolsa normalmente solo pueden venderse o comprarse una vez al día directamente con la empresa que lo gestiona. Tampoco hay comisiones de entrada para las operaciones bursátiles.
Los ETFs son un producto ideal para invertir en el mercado de capitales a medio y largo plazo, por un lado porque los ETFs ofrecen acceso sencillo a una cartera ampliamente diversificada, y por otro porque simplifican significativamente la selección de valores individuales y su ponderación dentro de una cartera. A continuación, enumeramos algunos de los puntos que vamos a ver detalladamente:
Los ETFs sirven para invertir en numerosos tipos de activos y segmentos del mercado, siendo los principales las acciones, bonos y materias primas. Las personas que quieren invertir pueden elegir entre ETFs sobre índices amplios de mercado o sobre segmentos de mercado específicos, como países, sectores o temáticas. En el caso de los ETFs sobre acciones, por ejemplo, un ETF que abarque todo el mercado implica que el índice subyacente incluya numerosas empresas con muchos modelos de negocio diferentes. Si se combinan diferentes ETFs se puede conseguir una cartera personalizada a muy bajo coste.
Los ETFs sobre índices muy amplios son particularmente adecuados como base o núcleo de una cartera a largo plazo. Las acciones, por ejemplo, pueden utilizarse para invertir en los mercados de valores de países industrializados, como los ETFs sobre el índice MSCI World, o de países emergentes, como el ETF sobre el MSCI Emerging Markets. Este tipo de ETFs abren la puerta a varios miles de acciones de numerosos países.
El tamaño de las posiciones individuales de un ETF depende del método de ponderación del índice al que sigue, donde la vasta mayoría están ponderados según su capitalización bursátil, es decir, cuanto mayor sea la capitalización bursátil de una empresa, mayor será su ponderación en el índice y, por tanto, también en el ETF. Esto puede provocar que en algunos casos que el rendimiento de un ETF recaiga en unos pocos valores.
También hay ETFs sobre acciones que son muy populares en el mercado y que no ponderan las empresas según su capitalización bursátil y/o permiten invertir con un enfoque especial. Estos son algunos ejemplos:
Combinación de sectores y un único país
Dos posiciones de un ETF ejemplar sobre el DAX*
Los ETFs sobre el DAX siguen la evolución de las 40 acciones del índice bursátil alemán, que tienen la misma ponderación en el ETF que en el índice. Debido a su fuerte concentración en las empresas alemanas orientadas a la exportación, el índice, así como los ETFs sobre el mismo, tienden a tener una menor diversificación que los ETFs sobre índices con un número significativamente mayor de acciones de varios países y diferentes sectores.
*A partir de marzo de 2023. Fuente: iShares
Es difícil decir de forma unilateral si un ETF con un enfoque especial es adecuado para la cartera, sin embargo, en función de la estructura de la cartera de ETF, pueden ser un componente útil:
Si se añaden ciertos elementos de forma inteligente, se puede diversificar la cartera de ETF de forma más amplia o darle un toque individual, pero hay que tener cuidado de no incurrir involuntariamente en riesgos de agrupación. Es decir, un ETF sobre el MSCI World, por ejemplo, ya incluye empresas del ETF Nasdaq 100, por lo que si se tienen ambos productos en la cartera no se estaría necesariamente diversificando, al contrario, se estaría poniendo un enfoque en los valores tecnológicos estadounidenses. Si esto es algo deseable o no, es una cuestión que cada persona tiene que juzgar por sí misma.
Desde el punto de vista del riesgo, cuanto más especializado es un ETF (por ejemplo, un ETF sobre un mercado de valores muy pequeño de un país o un ETF sobre una temática nicho), más debería considerarse como una pequeña adición a una cartera que incluya ETFs sobre un mercado de valores más amplio. Las personas con poca experiencia en el mundo de la inversión deben centrarse, al menos al principio, en ETFs que abarquen todo el mercado para evitar riesgos involuntarios de concentración de sectores o regiones en la cartera.
En la sección anterior hemos repasado en qué clases de activos y segmentos del mercado se puede invertir con ETFs, pero una vez tomada una decisión, esto abre la puerta a toda una variedad de ETFs de diferentes emisores que puede resultar abrumadora a primera vista. A continuación vamos a analizar las características más importantes para ayudarte a encontrar el ETF que más se adapta a ti:
Los primeros ETFs se lanzaron en los años 90 y, desde entonces, han ido aumentado su popularidad hasta llegar a constituirse como la puerta de entrada para muchas personas al mercado de valores. Esto se debe, en gran medida, a las siguientes características de los ETFs:
Los ETFs son diversos y de bajo coste: es difícil no elegir el producto adecuado entre una oferta de 1900 ETFs. Pero esta amplia selección es un signo positivo ya que, debido al alto nivel de competencia, las comisiones de los ETFs no han dejado de bajar en los últimos años (tanto en lo que refiere a los gastos corrientes como a los de negociación). Los ETFs brindan la oportunidad de crear una cartera personalizada, al igual que hacen las personas que invierten profesionalmente.
Los ETFs siguen fielmente el mercado: los ETFs permiten invertir en la totalidad de un segmento del mercado con una única inversión. Al contrario de la gestión activa de fondos y aunque se puede aplicar criterios de filtro y exclusiones (por ejemplo, según los criterios ASG), prescinde de la selección individual de los valores. Esto tiene la ventaja de que el beneficio del mercado puede generarse de forma muy fiable y que la inversión no depende de si un gestor de fondos obtiene mejores resultados que el mercado (la llamada «alfa»). Los estudios demuestran que la gran mayoría de los gestores de fondos activos no consiguen batir a su respectivo punto de referencia pasivo.
Los ETFs son transparentes: Los ETFs permiten invertir en varios valores al mismo tiempo, por ejemplo mediante un plan de inversión en ETFs desde tan solo 1 € al mes. La composición puede consultarse diariamente en el sitio web de los emisores. Dado que la estructura del índice se basa en reglas, es difícil llevarse sorpresas.
Los ETFs se ajustan regularmente: El emisor se encarga de ajustar periódicamente los valores dentro del ETF, si un valor sale del índice (por ejemplo, porque la empresa se ha comprado), también deben cambiarse en el fondo. Esto ocurre de forma automática, por lo que no es necesario ajustar activamente la propia inversión. Los reajustes periódicos garantizan que los componentes de un ETF (físico) siempre se correspondan con el índice subyacente y, por ende, con el mismo mercado.
Los ETFs son más seguros: El capital que se invierte en los fondos y ETFs se califica como activos especiales y se mantiene separado del administrador del fondo, la empresa del fondo y está protegido frente a una posible insolvencia. Los libros de los fondos reciben una auditoria al menos una vez al año. A la estricta regulación que rige los ETFs se la conoce por sus siglas en inglés «UCITS».
Conviene recordar que los ETFs no protegen de las fluctuaciones del mercado de capitales ni de una composición poco diversificada de la cartera. En general, el dinero debería invertirse en tipos de activos de riesgo si se puede asumir esas fluctuaciones y no se depende del dinero invertido a corto plazo.
Florian Faltermeier
Florian es un Gestor de Carteras dentro del equipo de Gestión de patrimonio en Scalable Capital y se ocupa del análisis, desarrollo y composición de las carteras, y la investigación en torno a temas relacionados con el mercado de capitales y los ETFs. Florian tiene un máster en Economía especializado en los mercados financieros y la informática en la Universidad Técnica de Múnich.